domingo, 29 de septiembre de 2013

LAS TRISTEZAS DEL AMOR

Lady Godiva de John Collier
Por Francisco J. Francisco Carrera

Eran sus ojos
un dulce entramado
de locura.

Sus labios
salvajes
rasgaban
el cielo.

Era ella
la oscura,
la secreta
pócima
en la redoma
del deseo
y la tristeza.

Era también
la belleza
encarnada
y la preciosa
tempestad
que estalla
en la mañana.

Y yo,
loco de amor y agonía,
eternamente oscurecido
ante su cuerpo,
yo la miraba,
rezaba a las piedras
y a los bosques
y a los ríos y las fuentes,
sabiendo que nada,
nada ni nadie en el mundo,
había ahora
que la había visto,
que me pudiera enamorar
y que mi vida sin ella
sería un destierro
y un olvido
y un terrible vagar
por las tierras de los hombres
que no podría soportar.