jueves, 18 de abril de 2013

CON UN POEMA DE BORGES EN LA CABEZA Y A MI AMIGO JUAN EN EL CORAZÓN

Zigurat de Ur


Por Francisco José Francisco Carrera
Porque sé que somos luz y también sombra,
porque llegamos a ser reales cuando aceptamos lo irreal,
porque viniste y yo no estaba,
porque no estuve hasta tu llegada,
porque a veces acertamos con nuestros errores clamorosos
y otras erramos el paso aunque digan que dimos en el clavo,
porque el conocimiento existe en el vacío primigenio
que da lugar a las formas y las ampara,
porque el café a veces sabe a cielo y el cielo a melocotón,
porque los ángeles caídos abrieron las alas y su batir
nos hizo vibrar de emoción,
porque soñamos con la vida y vivimos desde entonces este sueño,
porque lo deseado, lo alcanzado y lo perdido son aristas imposibles
de un imposible y frágil corazón,
porque las imágenes que nos configuran las crearon los griegos y los persas
aburridos de la perfección inútil de sus Dioses,
porque en el eterno Zigurat de la noche supimos del néctar del amor
y lo perdimos para alegrarnos cada vida al volvérnoslo a encontrar,
porque en los ritos descubrimos que las formas son sagradas
y en la luminosa esencia primordial batimos alas enormes
para crear esta hermosa realidad.

Porque así lo entiendo hoy,
porque así no lo habré de entender mañana,
brindo con el vino dulce de tus ojos,
hermano mío,
brindo y me voy a galeras contigo
si hace falta
y si el destino así lo exige
contigo cruzaré el desierto de la vida
en su cruel y romo batallar.
He dicho.

viernes, 5 de abril de 2013

PARA CUANDO NECESITES DERRUMBARTE

Por Francisco José Francisco Carrera
“Come, I’ll make you some tea”.
“No, no tea, nothing, I just need to crash”.
(J. M. Coetzee, Disgrace)

Deja el sabor a polvo
en el armario oscuro
en que te has encadenado.

Detrás de ti sólo el sueño
palpita, el deseo se encarece
y sientes sangrar viejas heridas.

Pero mira, todo florece tras la ventana
mientras tu corazón recita
poemas que aprendiste siendo niño.

Para cuando necesites derrumbarte,
colega,
estaré aquí

y cuando quieras volver a tu vida
estaré dispuesto a seguirte
aunque deje atrás la mía.

NIÑA CON OJOS DE ARCOIRIS


Por Francisco José Francisco Carrera

La niña comía rayos de sol con la mirada,
acariciaba con los labios el cemento,
sonreía y canturreaba dulcemente:
era feliz y se le notaba.

La niña crecía cada día en hermosura,
no en esa hermosura de revista y pose vano,
su belleza simplemente consistía
en ser feliz y demostrarlo.

La niña sabía que el mundo era un teatro
y que vivir era jugar a ser humano,
no había olvidado que su origen
estaba más allá de las estrellas.

Los ojos de la niña conjuraban los colores
y a veces, cuando hablaba,
su voz olía a hinojo y hierbabuena,
todo en ella era belleza.

Y cuando la niña se hizo mujer
el universo fue su cuerpo,
un mar infinito palpitaba
entre sus senos
y los ignotos rojos
de sus labios
encendieron
cada triste calle
con el fuego absoluto
de la vida
y el sabor
oscuro y luminoso
que otorga,
cuando llega
de repente,
la pasión.

jueves, 4 de abril de 2013

LOS LIBROS Y LOS CUERPOS EN AMOR

por Francisco José Francisco Carrera


Porque más allá del poema
está el poema,
porque más allá de la vida
está la vida
y porque detrás de tus ojos,
amor,
existe un universo paralelo
de dulzura
que se agita
eternamente
sin mirar atrás.

Por todo eso,
querida mía,
por todo eso y
simplemente porque sí
y porque no
y porque siempre
y porque nunca,
he venido aquí
con el secreto de tu nombre
entre las uñas
y dispuesto a morir por ti
pero sobre todo preparado
al fin
a vivir contigo.

Dicho queda,
nada ya me hará volver
a lo oscura e infame
cobardía
de no vivir a tope
cada día:
seré llama
en tu cama
cada noche
y agua fresca
en tus labios
sedientos de pasión
al despertar.

Lo demás
lo escribiremos juntos,
lo demás,
corazón que palpita
como palpita el sol,
es una historia
que los dos
habremos de escribir
en esos libros preciosos
que son ahora nuestros
cuerpos que se abren
al amor.