por Francisco J. Francisco Carrera
No
esperar nada de la vida
se
te ofrezca,
abrir
los ojos cada mañana
y
sentir que el mundo
amanece
sólo para ti
eternamente
por un segundo
y
descubrir hoy el olor del café
aunque
hayas tomado tantas
tazas
que no recuerdas
cuándo bebiste la primera.
Y
sonreír en silencio
y no esperar ya nada
de
la vida
que
la vida
al
fin
no
tenga a bien
ofrecerte.