por Francisco J. Francisco Carrera
No
esperar nada de la vida
se
te ofrezca,
abrir
los ojos cada mañana
y
sentir que el mundo
amanece
sólo para ti
eternamente
por un segundo
y
descubrir hoy el olor del café
aunque
hayas tomado tantas
tazas
que no recuerdas
cuándo bebiste la primera.
Y
sonreír en silencio
y no esperar ya nada
de
la vida
que
la vida
al
fin
no
tenga a bien
ofrecerte.
Eso suena a resignación... No sé, no sé...
ResponderEliminarSaludos
A su manera sí y no, mucho Zen hay de por medio... Y un comentario desesperanzado de una de mis alumnas que me dio material poético al intentar animarla, cosa que no tengo claro que consiguiera. Un abrazo.
EliminarA mí también me ha animado. Que conste...
EliminarSin desmerecer el poema, me encanta la imagen de Alicia y la oruga :-)
ResponderEliminarA mí también!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Un abrazo.
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