Besos.
Hoy,
como
te lo cuento
me
he venido para la uni
al
seminario este interdepartamental
que
va, dicen,
sobre
la igualdad,
o
la diferencia
y
algunas cosas más,
Y
he venido,
te
lo digo
y
te lo cuento,
así,
bien
gozoso
a
una nueva charlita
dispuesto
y deseoso
de
aprender algo más.
Pero
yo me pregunto,
qué
narices queda ya por saber
si
todo nos lo cuentan
en
los periódicos,
en
la tele,
en
el jodido internet,
en
el twitter y en el facebook
nos
hablan y nos muestran
todo
lo que pasa sin cesar,
las
muertes, la tortura, la codicia,
el
horror infecto de la guerra
y
el puto asco de morirse de hambre,
de
perder el coche la casa y hasta las ganas de vivir,
de
ver marchitarse ilusiones y esperanzas,
de
no encontrar trabajo
o
de no parar de trabajar,
de
estudiar, de hacer exámenes,
preparar
oposiciones
(¡me
dan ganas de gritar!),
de
esa pesadilla en que han convertido
la
vida las almas grises
de
un poder corrupto
y
oscuramente envilecido
con
años de sangre y de fuego.
Todo
nos lo cuentan, joder,
todo
nos lo cuenta una y otra vez,
nos
lo cuenta y nos lo cuenta sin parar,
lo
repiten, lo cambian de formato
pero
sigue siendo igual:
el
mismo ritmo aburrido,
la
misma canción mecánica y repetida,
el
mismo baile estúpido y sin sentido,
la
misma mediocridad.
Y
yo aquí,
alumno
universitario
o
profesor
o
simple caminante
resguardado
de la lluvia soriana
y
sin nada mejor qué hacer
este
martes por la tarde,
y
aquí estoy yo
también,
calvo
y lunático
ebrio
de poesía y libertad
y
con el profundo deseo
de
entender de qué
va
esto del mundo,
hoy,
repito,
martes
26
a
las 6 de la tarde
en
el Campus de Soria,
aquí
estoy, digo,
con
cara de no saber
ni
por dónde me da el aire,
en
la universidad,
en
una conferencia
sobre
poesía, ya ves tú,
sobre
poesía e igualdad.
Y
habrá gente que piense
un
poema, qué coñazo,
Un
poema, venga ya,
no
me vengas tú con versos,
dame
algo, sí,
dame
algo pero que por fin
sea
de verdad,
algo
genuino, algo cierto,
algo
que me explique
por
qué narices olvidamos
que
de niños,
¿lo
recordáis?
sabíamos
cómo volar.
Y
claro, yo,
que
estoy aquí,
que
leo y escribo versos
sin
parar,
que
amo la poesía
como
si fuera un amigo más,
y
que a pesar de todo
creo
en la Universidad,
creo
sobre todo en la enseñanza,
en
el amor
y
en la Verdad,
yo,
digo,
os
miro,
escucho
vuestros corazones palpitar,
siento
la luz de vuestros ojos iluminar
cada
rincón de este salón de actos
prendiendo
el fuego absoluto de la vida
en
cada frágil, secreta respiración,
os
miro,
digo,
y
con un suspiro
y
una voz de trueno
confío
en que en verdad
esto
sirva para algo,
porque
quiero que sepáis
que
la poesía, colegas,
es
un medio para
entender
de verdad,
pero
esa verdad que de verdad
sirve
para algo,
que
sirve, por ejemplo,
para
entender qué
es
en verdad la diferencia,
qué
es en verdad la igualdad.
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